Benedicto XVI

«La grandeza de San José, como la de María, resalta aún más porque su misión se llevó a cabo en la humildad y el escondite de la casa de Nazaret. Además, Dios mismo, en la Persona de su Hijo encarnado, eligió este camino y este estilo —la humildad y el escondite— en su existencia terrena.»