Además así lo llamó el ángel en sueños (Mt 1,20) y San Lucas, al referirse a él «José, de la cada de David» (Lc 1,27).  Por eso a Jesús, por ser hijo de José, también lo llamaron «hijo de David» (Mt 20, 30; 21,9; etc).

Al respecto vale preguntarse si al no ser José el padre biológico de Jesús esté linaje tiene sentido y la respuestas es que sí dado que es su padre legal.

Ahora bien, sucede que tanto Mateo y Lucas dan la genealogía de José pero difieren profundamente entre sí (San Mateo (1,1-16) y de San Lucas (2,23-28)) Por ejemplo, Mateo dice que el padre de José fue Jacob (Mateo 1:16), mientras que Lucas dice que el padre de José fue Elí (Lucas 3:23). Mateo traza la línea a través de Salomón el hijo de David (Mateo 1:6), mientras que Lucas traza la línea a través de Natán, hijo de David (Lucas 3:31). De hecho, entre David y Jesús, los únicos nombres que las genealogías tienen en común son Salatiel y Zorobabel (Mateo 1:12Lucas 3:27).

Respecto a esto la mayoría de los eruditos bíblicos conservadores asumen que Lucas registra la genealogía de María y Mateo registra la de José. Mateo sigue el linaje de José (el padre legal de Jesús), a través de Salomón el hijo de David, mientras que Lucas sigue el linaje de María (familiar sanguíneo de Jesús), a través de Natán el hijo de David. Ya que no había la palabra griega para “yerno”, José pudo haber sido considerado como un “hijo de Elí (otro nombre de san Joaquín” por haberse casado con María, la hija de Elí.

El punto es que sería a través de ambos linajes. el de Jesús y el de María, es que Jesús es un descendiente de David y por lo tanto elegible para ser el Mesías. Es cierto que el trazar una genealogía por el lado de la madre es inusual, pero igualmente lo fue la naturaleza de la Santa Madre de Dios. La explicación de Lucas es que Jesús fue el hijo de José “según se creía” (Lc. 3:23) y por eso lo habría hecho desde María pero cerrando con José como su esposo y yerno de san Joaquín (Elí), quien también tendría linaje de David.

En ese sentido es revelador lo que cuenta la beata Ana Catalina de Emmerick al respecto en sus visiones y revelaciones:

En primer lugar ratifica que José era del linaje de David y que en esa condición fue convocado al Templo como candidato a esposo de la Virgen (Leer La elección de San José)

Pero además ratifica que María era de la tribu de David por pate de su padre Joaquín (también llamado Heli o Eli)

«Un año y medio más tarde se casó Ana con Helí o Joaquín, también por un aviso profético del anciano Arcos. Hubiera debido casar con un levita de la tribu de Aarón, como las demás de su tribu; pero por la razón dicha fue unida con Joaquín, de la tribu de David, pues María debía ser de la tribu de David. Había tenido varios pretendientes y no conocía a Joaquín; pero lo prefirió a los demás por aviso de lo alto. Joaquín era pobre de bienes y era pariente de San José.»

Tomo 2 Sección 1 Capitulo III Santa Ana y San Joaquín

Pero además agrega que María por línea de San Joaquín (Eli) también

«José parecía no saber que también María, por Joaquín, descendía en linea directa de David»

Tomo 2 Sección 1 Capitulo XL Llegada a Belén

Y aún con este testimonio, si Jesús solo fuera descendiente de David por parte paterna, no es impedimento que no sea su padre biológico al ser Jesús su hijo legal y biológico de su esposa María. Ya con eso alcanza para cumplir la profecía y que Jesús pueda llamarse hijo de David. Así lo entiende San Agustín al decir  «Si se pudiera demostrar  que María no descendía de David, bastaría con que el padre legal de Cristo sí descendiera para que Cristo fuese legítimamente hijo de David» (De cons. Evang. II, 1, 2).

Tomando la genealogía de san Mateo como la propia de san José, son cuarenta generaciones enumeradas en la genealogía de José, que cubren dos mil años de historia. Tenía por antepasados a Salomón, el más glorioso de los monarcas, cuya reputación de sabiduría había sido universal, el cual había dirigido la construcción del famoso Templo de Jerusalén. A Roboam, cuyo yugo se habían sacudido diez de las tribus. Al santo Josafat; al rey Acaz, a quien el profeta Elías le había profetizado el alumbramiento de una virgen; a Ezequías, rescatado milagrosamente de las fauces de la muerte; a Jeconías, el último de los reyes de Judá; a Zorobabel, que había conducido al pueblo de vuelta de la cautividad. Así, pues, José, al final de la genealogía, es como la llave que cierra el Antiguo Testamento y abre el Nuevo cumpliéndose la profecía al rey David.

Sin embargo, más relevante que el linaje es la bendición de Abraham que se trasmitió de generación en generación, Arca de la Alianza incluida hasta llegar a san Joaquín y que permitió junto a santa Ana concebir a la virgen inmaculada de manera espiritual por gracias de Dios. La inmaculada concepción de María es un misterio en sí mismo que excede este articulo. Sí decir que solo el casto y puro José, retoño de David, fue digno de ser el casto esposo de tan inmaculada Virgen,.