Casto y humilde esposo de la Virgen María
A ti clamamos glorioso san José
De quien solo tu puro y casto corazón pudo ser digno de la pureza inmaculada de la madre de Dios.
Porque solo alguien tan justo y humilde podía tener la grandeza de ser el esposo de María
A ti que fuiste compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad de nuestra amada Madre
te pedimos humildemente,
con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios,
que nos fortalezcas especialmente contra los pecados de impureza y vanagloria para así ser dignos como tú de nuestra amada Madre para que, a ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza.
Amén

